Todo docente llega algún día a la conclusión de que es hora de empezar atribuir el trabajo a sus creadores.
Prácticamente todos empezamos en nuestra profesión a la carrera, haciendo nuestros propios apuntes, nuestras chuletas, que complementarán el libro que nos han dicho que seguían el año anterior. Pero llega un momento en que lo propio se adapta mejor a la realidad del aula, que es más amoldable y flexible ante la diversidad. Ese día empezamos a compartir con otros profes y otros centros. Y ahí es donde nos damos cuenta, que aunque queramos ayudar a todo el mundo, también nos gustaría que reconocieran nuestro esfuerzo.
Imagen: John Hain
CC0 Public Domain
El sistema educativo actual no tiene herramientas para hacerlo, pues ¡que lo hagan los colegas! Pero... ¡tachán! ¡Si la mitad de mis apuntes los he conseguido gracias al esfuerzo de otros! ¡y a su generosidad! Así que toca, no sólo decidir cómo quiero que reconozcan mi esfuerzo, si no agradecerles a terceros el suyo...
Imagen: Progressor. C0 Public Domain
Uff ¡la cosa se complica! Pero la solución está a nuestro alcance gracias al ITE:
También podremos registrar esos trabajos que queremos asegurar como propiedad intelectual.
Este es uno de los recursos que nos permitirá, antes de nada, reconocer el trabajo ajeno, pero en el CEDEC disponemos de muchos más. Además, los REA (recursos educativos abiertos) agilizan y facilitan nuestra labor docente, ya que nos aseguramos de que el material es bueno y además no nos estamos saltando ninguna ley.
En particular, estos sitios de internet nos permiten el trabajo de capacidades transversales, como la competencia digital, que no viene incluida en ningún libro.
Ya no hay excusa para no hacer las cosas bien.
Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-CompartirIgual 4.0 Internacional.
